sábado, 2 de agosto de 2008

Celebrando el 25 aniversario del Movimiento

Gonzalo Díaz Tudanca
Coordinador del grupo “Corazón de María" de Logroño

Los años finales de la década de los 80 fueron propicios para la reflexión y la formación religiosa para los agentes de pastoral de nuestra Parroquia. La voz de Claret resonaba en el ámbito parroquial, y su carisma misionero era bien acogido por los parroquianos Fue por entonces cuando cuajó la propuesta del párroco de formar un grupo de Seglares Claretianos.
Con qué solicitud fuimos acompañados, a partir de entonces, en nuestro discernimiento por compañeros de Madrid y de Zaragoza hasta ingresar en el Movimiento en la Asamblea Regional de 1990 en Pamplona.

Desde aquella fecha con cuánta lluvia de gracias se ha visto favorecido cada miembro de nuestro grupo. ¡Cómo hemos ido cambiando y superando los objetivos tanto en la misión del grupo como en la personal! Se ha hecho palpable día a día nuestro crecimiento en la fe y en el compromiso cristiano. El Espíritu con su generoso actuar nos ha ido convirtiendo en cristianos más responsables, incorporándonos a la evangelización de la sociedad con el fin de transformar las realidades temporales. La actitud de servicio en el campo de los más desfavorecidos, junto a la colaboración en la Pastoral Catequética y en la de la Salud de la Parroquia, está consiguiendo romper en nosotros posturas de antiguo egoísmo personal.

Por todo ello, al celebrar el 25 Aniversario del Movimiento de SS.CC., nuestro corazón, unido al de todos los miembros de cada grupo, desborda de gozo y alegría, al ver cómo se consolida nuestro Movimiento en el seno de la Iglesia. Es un momento importante para dar gracias al Padre que ha querido convocar en torno a Antonio María Claret a cuantos laicos comparten el carisma claretiano para trabajar como misioneros laicos a su estilo.
Nuestro agradecimiento más sincero para los PP. Misioneros del Inmaculado Corazón de María por los desvelos y orientación que de forma altruista nos han prodigado para que el Movimiento fuera realidad.

Ha sido una andadura breve aún, pero no exenta de obstáculos, mientras hemos ido dando pasos en nuestra tarea. Tras el itinerario recorrido, creemos que ha llegado ya el momento de la coherencia y de la adultez, como movimiento apostólico, para estar en el surco actual de la evangelización en estos tiempos tan especiales que el Señor nos ha reservado.
A pesar de las vicisitudes que podamos encontrar en la misión, el Espíritu tiene muy claro los pasos por los que hemos de caminar; lo nuestro es ser fieles a Él con actitud humilde, pero segura, de agentes evangelizados. En la sociedad de hoy van surgiendo nuevas pobrezas y nuevos retos hacia las que la voz del Espíritu quiere encauzar nuestros pasos en estos tiempos de increencia.

Estamos celebrando con júbilo el segundo Centenario del P. Claret, y aunque la sociedad de entonces fuera hostil a su acción misionera, le urgía llevar la Buena Noticia a la gente de su tiempo, y no falló en su intento. Claret es nuestro modelo a seguir en la nueva evangelización, aunque está claro que “ a vino nuevo, odres nuevos”.

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